Un imperativo profesional

Como la mayoría de las profesiones de apoyo, el coaching profesional requiere supervisión. Se trata de un proceso de crecimiento (o incluso de «higiene») y de profesionalización del coach al servicio del coachee(s).

Puede tener lugar en una relación individual con el supervisor (supervisión individual) y/o en grupo con un supervisor (supervisión colectiva o supervisión de grupo).

La supervisión se basa en un enfoque contractual específico: el supervisor del coach no puede ser su formador (de coaching o de otro tipo), terapeuta o par (colega o asociado).

Por lo tanto, un Grupo de Intercambio de Prácticas NO puede sustituir a un espacio de supervisión.

¿Qué permite la supervisión de coachs?

Siendo un proceso reflexivo, ofrece un espacio privilegiado de intercambio, escucha y reflexión para mejorar tanto la práctica como la identidad profesional del coach.

También ofrece la oportunidad de analizar y superar las dificultades encontradas en las situaciones profesionales, de tomar distancia de la propia práctica y de resolver los posibles dilemas éticos o deontológicos.

Finalmente, la supervisión  es un elemento de tranquilidad para los clientes y un indicador de profesionalidad para los coachs.

¿Qué es el proceso de supervisión?

El proceso de supervisión del coaching es un proceso reflexivo e interactivo en el que el supervisor y el supervisado están en pie de igualdad.

Se basa en el cuestionamiento del coach, del cliente y del entorno (o sistema cliente). 

Hablamos de paridad porque se trata de un intercambio entre iguales: el coach y el supervisor son ambos coachs.

Para nosotros, la imagen que mejor simboliza la supervisión es la de un faro, que guía una consulta y arroja luz sobre las situaciones de coaching que hay que explorar para poder seguir avanzando con total seguridad.

La supervisión se compone de 3 elementos:

Supervisión de apoyo

Esta supervisión permite, entre otras cosas, que el coach deje de lado comentarios cargados de emoción o que se tranquilice en su práctica para superar posibles bloqueos.

Supervisión resolutiva

Esta supervisión permite al coach que siente que ha llegado a un punto muerto contar con el apoyo de sus compañeros (en el caso de la supervisión de grupo) y con la perspicacia de un supervisor para ayudarle a superar el punto muerto.

Supervisión evolutiva

El objetivo de esta supervisión es desafiar al coach y ayudarle a progresar en su práctica.

Durante un ciclo completo de supervisión, el supervisor utiliza generalmente estas 3 tipologías para invitar al coach o coachs a pasar de una visión amplia a una visión más específica, o viceversa.

Las diferencias y complementariedades entre la supervisión individual y supervisión de grupo

La supervisión individual en coaching responde a la solicitud del coach.

Es un espacio de expresión e intercambio en el que el coach expresa los problemas encontrados durante las sesiones de coaching y cuestiona su práctica.

El supervisor, gracias a su capacidad de escucha y a su experiencia, aporta puntos de vista y sugiere pistas de reflexión.

La supervisión individual puede tener lugar cara a cara o a distancia.

La supervisión de grupo en coaching es una ayuda y un apoyo inestimables para todos los coachs profesionales. 

A través de los intercambios entre compañeros, le mantiene al corriente de otras prácticas y enriquece sus conocimientos.

Recomendamos la supervisión de grupo cara a cara, ya que nos permite ser más conscientes de los juegos de grupo y tener una visión más fina y rica de lo que está en juego.

¿Qué tipos de supervisión ofrecemos?

• Supervisión individual
• Supervisión de grupo
• Supervisión de coach interno

En resumen, una práctica de aprendizaje colaborativa diseñada para mejorar continuamente las capacidades del coach a través de un diálogo reflexivo que beneficia a los coachs y a sus clientes! 

Para encontrar un supervisor consulte nuestra: lista en línea o puede contactar con nosotros rellenando este formulario: